domingo, 23 de marzo de 2014

El amor

Estuve pensando, pero no pensando en cualquier cosa, estuve pensando en el amor. Cosa extraña en mí, porque nunca he estado enamorada, vamos creo que no.

Pues eso, me planteé que qué era eso del "amor". Y como buena filósofa, me puse a mirar a mi alrededor, a ver si encontraba algo en común, una pista, o algo que me acercase a esa definición.
Me fijé en una madre y su hijo pequeño. Los miré detenidamente y supe que había amor, bueno, siempre supe que el amor más puro e incondicional era el de una madre por sus hijos, en la inmensa mayoría de los casos, al menos.

No contenta con esta afirmación, decidí buscar más. Porque claro, el amor básico es el de una madre y un hijo, pues yo quería saber, mejor dicho, entender esos sentimientos más intrincados, que son menos puros, más complejos, pero a la vez simples como el mismo respirar,

Como gracias a la sociedad de mierda en la que vivimos la gente curiosa no puede ir preguntando por ahí "Y usted, ¿Qué piensa del amor?" pues me tuve que buscar mis propias fuentes, escritas, contadas, y cantadas.
Pero claro, todo el mundo habla de amor, todo el mundo le canta al amor, ¿de quién me fío?
Google hace maravillas, lo digo enserio, en media hora ya tenía a las personas que más le cantaban al amor, o al desamor, y que merecía la pena leer, o escuchar.

Para Sabina el amor es doloroso, en el que uno de los dos siempre sale perdiendo, y acaba con unas copas de más, quejándose por un bulevar de como su amor lo ha abandonado, o de como lo ha dejado para "que te ladre otro perro". Un amor doloroso, yo no veo eso todos los días, el  más claro ejemplo son las parejas que veo por la calle.
Me tocaba investigar más.

Para Bécquer el amor era una mezcla de poesía y una obsesión por partes del cuerpo extrañas, véase pupilas, labios y ojos. En algunos poemas la amada de Bécquer era todo su mundo, y en otros era peor que una bruja come niños. Demasiado vino barato Gustavo.

Buscando por libros, y experiencias on-line decidí, porque no, intentar recordar experiencias pasadas propias.
Nunca he estado enamorada, o por lo menos yo no lo sabía. Lo más parecido al amor, después de leer a todo tipo de autores, desde anónimos en la revista BRAVO, hasta filósofos como Erich Fromm, fue una temporada de sexto de primaria hasta primero de secundaria. Recuerdo que se me encogía el estómago e incluso me llegaba a poner roja. Oh.
Espera, si. Perfecto. Estaba enamorada, me doy cuenta ahora, cinco años después. Mi inteligencia emocional es la misma que la de un molusco, o incluso un molusco tiene más que yo.

Volviendo a mi investigación de vida o muerte, (ya era demasiado tarde para poder dejar de pensar en el amor), continué buscando por todas las fuentes posibles. Y encontré Tumblr. ¡Oh Dios de la informática, creador de Tumblr y sus posts de amor!
Me puse a rebuscar por internet, fotos, frases, fotografías...


Así que después de ver mucho, leer más, y escuchar hasta la saciedad puedo llegar a la conclusión siguiente de que el amor es, según mi opinión:
El mover las caderas lentamente mientras bailas con esa persona, querer todos y cada uno de los defectos, aunque sean igual de grandes que un autobús, saber que, tal vez no llegaron parando tu mundo, pero sabes que si se marchasen no lo pararían, lo destruirían.
El amor es levantarte a las seis de la mañana a acompañarla a hacer yoga al parque, porque a esa hora "los chakras están más tranquilos", es entender que dejará de lado tu tarde de  películas por irse con los amigos al Mestalla, que te cambiará el cepillo de dientes de lado, y que estarás media hora hablando de que vino es mejor para acompañar un trozo de carne chamuscado.
Pero también son miradas cómplices con las que os decís todo, son momentos silenciosos en los que os diríais de todo, pero no os hace falta saberlo, porque en el fondo ya lo sabéis. Es saber que cuando llegues a casa estará ahí, esperándote.

Cuando sepas que tu hogar no está en una calle, o en una urbanización. Que está en una persona. En esa persona.
Porque el amor es eso, un hogar.



Atte.
Un bigote pensante

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